Autoexamen Bucal
La prevención es fundamental
para evitar la aparición de enfermedades o dar lugar a un diagnóstico temprano
de las mismas. En odontología usamos esta herramienta para el control de la
biopelícula (Placa dental) cuando explicamos a nuestros pacientes técnica
de cepillado, hilo dental y enjuague bucal. Debemos adicionalmente
proporcionarles la información necesaria para que puedan realizar un autoexamen
de su cavidad bucal en el cual revisen visualmente todos sus tejidos y
reconozcan cualquier alteración que se esté presentado en ellos, de esta manera
podremos dar lugar al tratamiento eficaz con la prontitud necesaria que será
sin duda vital para la curación y una mejor calidad de vida del paciente.
Para
realizar el correcto autoexamen de la cavidad bucal debemos cumplir los
siguientes pasos de manera ordenada, frente a un espejo, con las manos limpias
y en un lugar con luz adecuada. Observe y palpe los labios tanto la zona
interna como externa y revise el tejido gingival, luego realice el mismo
procedimiento en la zona interna de sus mejillas desde la parte superior hasta
la parte inferior tocándolas delicadamente para evidenciar la presencia de
cambios de color, irritaciones, zonas aumentadas de tamaño o
protuberancias. Una vez que hemos revisado los labios, los carrillos, el tejido
gingival y el fondo del vestíbulo pasamos a observar y tocar el paladar o techo
de la boca, continúe con la parte posterior de la cavidad bucal ayudándose con
un baja lenguas para observar amígdalas y úvula. Por último debemos examinar la
lengua, colocando la punta en el paladar vemos su cara ventral y palpamos el
piso de la boca, luego la sacamos para examinar sus lados y la cara dorsal tal
como observamos en la imagen (Imagen tomada de www.clinicadentalgazel.com).
De esta manera hemos realizado una completa visualización de los tejidos blandos
de nuestra boca, la cual debemos hacer con cierta frecuencia para evidenciar
precozmente la aparición de lesiones. Si unimos esto con consultas
odontológicas de control anuales o semestrales según nuestro nivel de riesgo,
aseguramos un alto nivel de prevención y podemos optar por tratamientos efectivos
y de menor magnitud.